El término "colonialismo de asentamiento" evoca recuerdos históricos de explotadores imperios europeos blancos que invadían militarmente tierras del Medio Oriente, Asia y África[i], estableciendo a sus ciudadanos en colonias mediante el uso de la fuerza, subyugando a las poblaciones nativas e indígenas y robando sus recursos naturales.
Muchos activistas y académicos antiisraelíes utilizan el término "colonialismo de asentamiento" para describir los cambios políticos y demográficos de los últimos 150 años en lo que hoy es el Estado de Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza. Argumentan que a finales del siglo XIX los judíos eran una pequeña minoría de la población (en lo que entonces formaba parte del Imperio Otomano) y que posteriormente los judíos europeos "colonizaron" y se apoderaron de tierras y recursos palestinos.
Pero utilizar el término "colonialismo de asentamiento" para describir lo que ocurrió desde finales del siglo XIX pasa por alto hechos e información vitales:
- Los judíos, como los palestinos, son nativos e indígenas de la tierra. La Tierra de Israel es parte integral de la religión y la cultura judías, la conexión entre los judíos y la tierra es una constante en la Biblia y está integrada en todos los rituales y textos judíos. Los europeos que se asentaron en las colonias del Medio Oriente y el Norte de África no eran indígenas ni nativos de la tierra.
- Desde la época del exilio, la religión, la lengua, la cultura, las fiestas, los rituales, la liturgia y la historia de los judíos están impregnados del anhelo de retornar a la Tierra de Israel. No hubo colonialistas que llegaran a una patria y revivieran la antigua lengua que allí se hablaba.
- No existe otra "patria" a la que la población judía de la Tierra de Israel pueda regresar. Mientras que, por ejemplo, los franceses de Argelia podían volver a Francia y los británicos de la India podían volver al Reino Unido, muchos judíos de Israel —incluidos los que huyeron de la persecución— no tienen otro país al que puedan volver. En cambio, la mayoría de los judíos que emigran a Israel utilizan la palabra "retorno" para describir el acto de establecer su hogar en el Estado judío. (La trágica ironía es que algunos detractores les dicen a los judíos israelíes que vuelvan a Europa, mientras que a los judíos de la diáspora les dicen que vuelvan a Israel).
- Hasta que se estableció el Estado de Israel en 1948, los judíos inmigraron a la Tierra de Israel por voluntad propia, no dirigidos ni supervisados por ningún estado o poder militar —como sucede con los colonizadores.
- Muchos judíos llegaron, y siguen llegando, a Israel escapando del antisemitismo y otras formas de persecución. Por lo general, los colonos europeos no escapaban de la persecución o el fanatismo.
- El moderno Estado de Israel goza de legitimidad internacional, incluyendo el reconocimiento de las Naciones Unidas. Es una democracia que brinda derechos y protección a todos sus ciudadanos, judíos y no judíos. Las potencias coloniales europeas rara vez o nunca lo hicieron.
- A diferencia de las potencias coloniales europeas, la razón de ser del movimiento sionista moderno nunca fue subyugar a la población existente ni robar sus recursos y tierras. Por el contrario, se buscó la coexistencia y el desarrollo interdependiente, por ejemplo: la aceptación por parte del movimiento sionista del plan de partición de las Naciones Unidas de 1947, que habría establecido un estado árabe independiente junto a un estado judío.
- Tanto dentro como fuera de Israel se critica mucho la política de asentamientos de Israel en Cisjordania. Pero atribuir el término "colonialismo de asentamiento" a esa actividad es una distorsión. En caso de que una solución de dos Estados —negociada mutuamente— establezca un Estado palestino junto al Estado de Israel, este probablemente abarcará la mayor parte de Cisjordania, pero eso no niega la conexión espiritual, histórica y cultural con esa tierra que los judíos han apreciado durante milenios.
Algunos críticos piden la disolución de Israel o alegan que el sionismo es intrínsecamente nefasto, señalando de forma simplista el hecho de que los líderes sionistas de finales del siglo XIX y principios del XX utilizaban variaciones de la palabra "colonial" o "colonizar" para describir sus acciones para construir el Yishuv (la infraestructura judía anterior a 1948). Pero el uso de esos términos solo representaba un esfuerzo por promover la inmigración judía a la patria histórica del pueblo judío, establecer comunidades y hacer realidad el derecho universal a la autodeterminación. Los líderes sionistas no consideraban que sus acciones fueran idénticas, ni ética ni prácticamente, a los proyectos coloniales europeos de la época.
En resumen: el movimiento sionista anterior al Estado y, posteriormente, el Estado de Israel, sin duda pueden ser criticados por sus errores y políticas. Pero atribuir el término colonialismo de asentamiento a la autodeterminación judía y a la condición de Estado es inexacto. Y vincular a Israel con acciones históricas a las que la comunidad internacional ha renunciado legítimamente, a menudo forma parte del esfuerzo por socavar o negar la legitimidad de Israel.
[i] Por supuesto, muchos imperios colonialistas no eran europeos ni blancos, como es el caso de Japón, Brasil, Turquía, China, India, Persia y muchos otros.