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Acusación: Las acciones de Israel contra los Palestinos pueden compararse con las de los nazis

El asesinato de seis millones de judíos y otros millones de personas llevado a cabo por los nazis y sus colaboradores fue el mayor genocidio registrado en la historia moderna. No se puede hacer ninguna comparación entre el complejo conflicto palestino-israelí y las atrocidades cometidas por los nazis contra los judíos.

Aunque se puede criticar el trato que da Israel a los palestinos, a diferencia del Holocausto, no existe ni ha existido jamás una ideología, movimiento, política o plan israelí significativo para exterminar a la población palestina.

La "solución final" de los nazis al "problema judío" fue el exterminio deliberado, sistemático y mecanizado de los judíos europeos. La solución final de Hitler condujo al asesinato calculado y premeditado de seis millones de judíos y a la destrucción de prósperas comunidades judías en toda Europa.

Israel afirma que sus políticas hacia los palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza se basan en cuestiones de seguridad y en la necesidad de defender a su población frente a los actos terroristas. Pero, aunque indudablemente estas políticas pueden ser examinadas y criticadas, no son en absoluto similares a las políticas y acciones de los nazis y el Tercer Reich.

Al comparar a Israel con los nazis, algunos tratan de etiquetar a Israel como un Estado singularmente vil en la tierra, jugando con viejos estereotipos antisemitas que tratan a los judíos como demoníacos y especialmente malvados.

Además, se puede argumentar que los que comparan el Estado judío con los nazis y Hitler —que perpetraron el mayor y más grande acto de antisemitismo de la historia mundial— no han elegido esta comparación de forma inocente o desapasionada. Es una acusación dirigida a propósito contra los judíos en un esfuerzo por asociar a las víctimas de los crímenes nazis con los perpetradores nazis, y sirve para disminuir la importancia y la singularidad del Holocausto.

Hacer tal comparación es antisemita y constituye una flagrante hostilidad hacia los judíos, la historia judía y la legitimidad del Estado judío.