El eslogan hace referencia a dos periodos de violencia palestina contra Israel —a finales de la década de 1980 y entre 2000 y 2005— en los que terroristas palestinos cometieron actos de violencia indiscriminada contra israelíes, incluyendo atentados suicidas, tiroteos y apuñalamientos, dirigidos contra civiles que viajaban en autobuses urbanos, comían en restaurantes o estaban en discotecas, y con el resultado de más de 1.000 muertos. Este lema se entiende generalmente como un llamado a la violencia indiscriminada contra Israel y, potencialmente, contra los judíos y las instituciones judías de todo el mundo.